Y el Señor, que escuchó la oración arrepentida de su siervo, habló al pez, dándole una orden definida, y vomitó a Jonás en tierra firme, muy probablemente en la costa de Palestina. En lo que respecta al tema de la historia, será bueno recordar que uno de los antiguos maestros de la Iglesia califica con razón todas las preguntas sutiles acerca de estas cosas como un oficio necio.

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