Y Jonás comenzó a entrar en la ciudad a un día de camino, comenzó su viaje por los diversos centros que componen la ciudad más grande, predicando donde encontraba un lugar adecuado y una oportunidad adecuada; y clamó y dijo: Aún cuarenta días y Nínive será derribada, siendo esta amenaza el clímax de su proclamación, de su llamado al arrepentimiento.

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