E hizo que se proclamara y publicara en Nínive por decreto del rey y de sus nobles, y los heraldos reales fueron enviados de acuerdo con la costumbre de dar a conocer edictos de este tipo, diciendo: Ni hombre ni bestia, ganado ni rebaño probar cualquier cosa, incluyéndose en este orden los animales domésticos, como sufridores con la gente; que no alimenten ni beban agua,

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