Y ella le dijo, de la manera más hermosa y, al mismo tiempo, profundamente patética: Padre mío, si has abierto tu boca al Señor, hazme conforme a lo que ha salido de tu boca; por cuanto Jehová se ha vengado de ti de tus enemigos, de los hijos de Ammón. Jehová había escuchado a Jefté al darle la victoria, por lo que, a cambio, él debía cumplir infaliblemente su voto. Toda la narración está llena de toques delicados y tiernos.

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