Y de la hija de Sion se apartó toda su hermosura, la presencia de Jehová y su gloria en medio de ella; sus príncipes se han vuelto como ciervos que no encuentran pasto, de modo que no tienen fuerzas para huir y escapar del enemigo, y se han ido sin fuerzas ante el perseguidor. Cf 2 Reyes 25:3 .

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