Y no dejarás que ninguno de tus descendientes pase por el fuego a Moloc, un antiguo ídolo cananeo en forma de estatua hueca con cabeza de buey, en cuyo culto tales prácticas bestiales de sacrificar niños, en un exceso de crueldad, fueron comunes; ni profanarás el nombre de tu Dios, como ciertamente sucedería por participar en tales abominaciones. Yo soy el Señor.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad