Según las obras de la tierra de Egipto, en la cual no haréis sangre, y según las obras de la tierra de Canaán, a la cual yo os llevo, no haréis; ni andaréis en sus ordenanzas. Los hijos de Israel debían evitar absolutamente todas las prácticas, ya fueran de origen egipcio o cananeo, que profanaran la relación matrimonial o mostraran inmoralidad en cualquier forma. La propagación de la raza humana debe tener lugar únicamente en el matrimonio legal, y los matrimonios ilegales, las relaciones sexuales ilegales y las concupiscencias degeneradas son una abominación para el Señor.

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