Y de ella, de toda la ofrenda presentada al Señor, ofrecerá una de toda la oblación como ofrenda alzada al Señor, una de cada clase de tortas, y será del sacerdote que rocíe la sangre de las ofrendas de paz, el resto se devuelve al adorador para la comida del sacrificio. La ofrenda elevada se tomó en las manos y se agitó arriba y abajo delante del altar, pero no se colocó sobre él.

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