Según el mandamiento del Señor, fueron contados por mano de Moisés, según su dirección, cada uno según su servicio y según su carga, según las cosas que le fueron impuestas en el levantamiento; así fueron contados de él, como Jehová lo mandó a Moisés. Se les dijo exactamente en qué consistía su deber individual y podían seguir adelante de manera casi automática. Hasta el día de hoy se recomienda una distribución tan sabia de las cargas en la Iglesia de Cristo; contribuye a una mejor obra en la viña del Señor.

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