Todos los días del voto de su separación no le pasará ninguna navaja por la cabeza, porque la cabellera que crecía libremente debía servir como símbolo del entusiasmo apropiado en su firmeza; hasta que se cumplan los días en que se separe para el Señor, será santo, consagrado, apartado para el Señor, y dejará crecer los mechones de los cabellos de su cabeza, símbolo del poder divino superior de Dios. vida.

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