Aunque tú, Israel, te hagas la ramera en semejante adulterio e idolatría blasfemos, no dejes que Judá ofenda, porque los miembros de esta nación todavía estaban tratando de mantener la adoración del Señor; y no vayáis a Gilgal, un lugar al sudoeste de Silo, ni os subáis a Bethaven o Betel, en el límite sur de Israel, estando los santuarios en estos dos lugares consagrados a la adoración de ídolos, ni jurar: El Señor vive, porque un juramento por la vida de Jehová en el servicio idólatra era un insulto más a Su majestad.

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