v. 24. El que perdona su vara aborrece a su hijo, porque no es el amor, sino la falta de amor, lo que hace que los padres se olviden y pongan a un lado su poder paterno y su deber de corregir a sus hijos, si es necesario, con la vara; pero el que lo ama, lo disciplina a tiempo, aplicando corrección en la medida requerida por la ocasión, Proverbios 3:12 ; Proverbios 23:13 ; Proverbios 29:15 .

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