v. 12. Es abominación a los reyes, los hace objeto de aborrecimiento y desprecio, cometer iniquidad, la anulación del derecho y la justicia hace que tanto Dios como los hombres los desprecien; porque el trono es establecido por la justicia, el poder real es sostenido por la justicia en su aplicación constante, no por la arbitrariedad del déspota.

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