Entonces ella dijo: Noemí, siéntate, hija mía, ella debía permanecer tranquila en casa, hasta que supieras cómo va a salir el asunto, cuál será el resultado del negocio; porque el hombre, Booz, no descansará hasta que haya terminado el asunto este día. Era un hombre enérgico, que siempre avanzaba hacia la meta con franqueza abierta. Todas las virtudes que aquí encontramos en él y en Rut, pureza, castidad, apertura, generosidad, un estricto respeto por los derechos del prójimo, son frutos de la fe.

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