Por tanto, estimo que todos tus preceptos concernientes a todas las cosas son rectos, él está obligado a reconocer todas las instrucciones del Señor como buenas y dignas de alabanza, no solo en materia de doctrina, sino también en las instrucciones relativas a la conducta diaria de la vida; y detesto todo camino falso, rechazando por completo toda tendencia que no se ajuste a la regla de la Palabra divina. Es cierto hasta el día de hoy que la Biblia instruye al cristiano concienzudo en todas las cuestiones relativas a toda su conducta y, por lo tanto, no solo debe ser consultada, sino también seguida con constante fidelidad.

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