Trata con generosidad a Tu siervo, dándole una rica medida de favor y de bendiciones espirituales, para que yo pueda vivir y guardar Tu Palabra, observando que la Palabra de Dios es el único gran objetivo de su vida. Pero se da cuenta de que no puede, por su propia razón y sentido, penetrar en las bellezas de la Sagrada Escritura. Por eso clama:

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