Me he descarriado como una oveja descarriada, aparentemente abandonado en medio de una multitud de enemigos; busca a tu siervo, para que vuelva a descansar y refugiarse; porque no me olvido de tus mandamientos. Por el lado de los hombres, siempre existe el error y la pérdida; por parte de Dios, siempre hay búsqueda y hallazgo y se lleva a casa el disfrute de las bendiciones eternas.

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