Porque el enemigo ha perseguido mi alma, procurando obtener el bien supremo que poseía; ha derribado mi vida hasta el suelo, casi logrando su malvada intención; me hizo habitar en tinieblas, como aquellos que han estado muertos hace mucho tiempo, es decir, los enemigos de David pretendían su destrucción total, querían que durmiera el sueño de la muerte eterna, y él se dio cuenta de que permanecería sin liberación, a menos que Dios Él mismo en piedad tomaría su defensa.

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