Los que habitan en el desierto, los bárbaros, los enemigos de Cristo y Su Iglesia, se postrarán ante Él, sometiéndose a Su omnipotencia, ya que rehusaron ceder a Su gracia, Filipenses 2:10 ; Mateo 26:64 ; y sus enemigos lamerán el polvo, serán sometidos completamente a él, obligados a reconocerlo como su vencedor y soberano, ya que se negaron a aceptarlo como su redentor.

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