Porque devoraron a Jacob, el Israel espiritual, la Iglesia de Dios que sufría bajo la opresión de sus enemigos, y asolaron su morada. Se habla intencionalmente de los enemigos en singular, en un sentido colectivo; pues cualquiera que sea la forma que adopte la enemistad contra la Iglesia de Cristo, siempre tiene el mismo objeto.

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