Porque todos nuestros días pasaron en tu ira, disminuyeron. se desvanecen, porque la ira del Señor se manifiesta sobre los pecados; pasamos nuestros años como un cuento que se cuenta, como un murmullo, un ruido sin sentido, que ni siquiera se expresa con una palabra definida. Así se pone de manifiesto de nuevo la vanidad de la vida humana.

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