Los que aman al Señor, aborrezcan el mal, porque este odio a todo lo malo es fruto de la fe, Romanos 12:5 ; Él preserva las almas de sus santos, protegiéndolas y protegiéndolas de los peligros que amenazan su fe; Los libra de la mano de los impíos, del odio y la persecución de todos sus enemigos.

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