una palabra de búsqueda para los sabios

1 Reyes 9:1

La segunda revelación de Dios de sí mismo a Salomón tenía un doble objetivo. En primer lugar, aseguró al rey que su oración fue escuchada y que el nuevo edificio fue aceptado. Siempre es así. Cuando nos entregamos a Dios, deseando ser solo Suyos, Él entra en posesión, santificando, llenando y garantizando nuestra seguridad. En segundo lugar, Dios estableció las condiciones en las que tanto el rey como el pueblo podían tener asegurada la prosperidad permanente.

Debemos ser sinceros, no en los kilómetros, sino en los pasos de nuestro caminar diario. La obediencia a la voz interior es esencial. El hijo de Dios distingue la voz de su Padre de cualquier otro sonido y llamada, porque es definida e invariable.

Fue una pena que, después de una cooperación tan leal, Hiram se sintiera decepcionado con su recompensa. Bienaventurados los que, mientras trabajan para Dios, no esperan recompensa de sus semejantes, porque son servidores de un Maestro cuyos generosos dones no necesitan ser compensados ​​con adiciones de ningún otro sector. Hazlo bien, porque es correcto, y no porque estés buscando un regalo o recompensa de manos humanas.

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