Una acción valiente en un día oscuro

1 Samuel 31:1

Esta derrota significó algo más que un retroceso temporal. Fue sintomático de la decadencia nacional. El reinado de Saúl había traído degeneración moral a su pueblo. Su fibra moral estaba deteriorada, su sangre vital empobrecida. Cuando el rey y el pueblo fueron pesados ​​en las balanzas divinas (que siempre nos están poniendo a prueba), se encontraron deficientes. ¡Ningún hombre puede pecar solo! ¡El pecado se convierte en epidemia!

Mucho había sucedido desde la designación de Saúl como rey. ¡Ay, que un amanecer tan brillante se haya nublado en una puesta de sol así! Como árbol noble, Saúl cayó antes de la tormenta. Cayó porque nunca había orado, como lo hizo David, para ser limpiado de faltas secretas y para ser retenido de pecados presuntuosos. El único destello de luz en ese terrible día fue el acto caballeresco de Jabes de Galaad. Sus hijos nunca podrían olvidar la valiente hazaña de Saúl a favor de ellos.

A la manera de José y Nicodemo cuando murió nuestro Señor, se identificaron con lo que parecía una causa perdida. ¡Ojalá todos los lectores de estas líneas fueran igualmente agradecidos y generosos al confesar a Aquel que nos libró de una muerte aún mayor!

Para preguntas de revisión, consulte los comentarios del libro e-Sword.

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