2 Samuel 10:1-19
1 Después de esto aconteció que murió el rey de los hijos de Amón, y su hijo Hanún reinó en su lugar.
2 Entonces David pensó: “Mostraré bondad a Hanún hijo de Najas, como su padre mostró bondad conmigo”. David envió a sus servidores para consolarlo por la muerte de su padre. Pero cuando los servidores de David llegaron a la tierra de los hijos de Amón,
3 los jefes de los hijos de Amón dijeron a Hanún, su señor: “¿Te parece que David está honrando a tu padre, porque te ha enviado personas que te consuelen? ¿No te habrá enviado David a sus servidores para reconocer y espiar la ciudad a fin de destruirla?”.
4 Entonces Hanún tomó a los servidores de David, les rapó la mitad de su barba, cortó sus vestidos por la mitad, hasta sus nalgas, y los despidió.
5 Le informaron a David, y él envió a encontrarlos, porque los hombres estaban sumamente avergonzados. El rey mandó que les dijeran: “Permanezcan en Jericó hasta que les crezca la barba, y entonces vuelvan”.
6 Al ver los hijos de Amón que se habían hecho odiosos a David, los hijos de Amón enviaron a tomar a sueldo a los sirios de Bet-rejob y a los sirios de Soba, veinte mil hombres de infantería; del rey de Maaca, mil hombres; y de Istob, doce mil hombres.
7 Cuando David oyó esto, envió a Joab con todo el ejército de los valientes.
8 Los hijos de Amón salieron y dispusieron la batalla a la entrada de la ciudad, mientras que los sirios de Soba, de Rejob, de Istob y de Maaca estaban aparte, en el campo.
9 Al ver Joab que el frente de batalla estaba delante y detrás de él, eligió a algunos de entre todos los escogidos de Israel y dispuso sus escuadrones para enfrentar a los sirios.
10 Puso al resto de la gente bajo el mando de su hermano Abisai, quien dispuso sus escuadrones para enfrentar a los hijos de Amón.
11 Y Joab dijo: “Si los sirios son más fuertes que yo, tú me darás auxilio; pero si los hijos de Amón son más fuertes que tú, yo iré a auxiliarte.
12 Esfuérzate, y luchemos valientemente por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios; y que el SEÑOR haga lo que le parezca bien”.
13 Entonces se acercó Joab, con la gente que estaba con él, para combatir contra los sirios; pero estos huyeron ante él.
14 Al ver que los sirios habían huido, los hijos de Amón también huyeron ante Abisai y entraron en la ciudad. Entonces Joab dejó de atacar a los hijos de Amón y volvió a Jerusalén.
15 Los sirios, al verse derrotados por Israel, se volvieron a reunir.
16 Hadad-ezer envió a traer a los sirios que estaban al otro lado del Río. Estos llegaron a Helam teniendo al frente de ellos a Sobac, jefe del ejército de Hadad-ezer.
17 Cuando se le informó a David, este reunió a todo Israel; y cruzando el Jordán, llegó a Helam. Los sirios dispusieron sus escuadrones para enfrentarse con David, y combatieron contra él.
18 Pero los sirios huyeron ante Israel, y David mató de los sirios a setecientos hombres de los carros y a cuarenta mil jinetes. También hirió a Sobac, jefe del ejército sirio, quien murió allí mismo.
19 Al ver todos los reyes vasallos de Hadad-ezer que habían sido derrotados por Israel, hicieron la paz con Israel y le sirvieron. Y los sirios tuvieron miedo de volver a socorrer a los hijos de Amón.
la pena de rechazar la bondad
Una tradición judía nos dice que Nahash, el padre de Hanún, había mostrado bondad a David al albergar a uno de sus hermanos, cuando el rey de Moab masacró traidoramente al resto de la familia. La cortesía es hija de la piedad. El hijo había heredado el trono de su padre pero no su espíritu. Fue engañado por consejeros tontos para ofrecer un insulto grave, no solo a los embajadores, sino al rey y la nación a quienes representaban.
Sin embargo, comparemos el trato de nuestro Señor con los que lo maltrataron en la persona de Sus discípulos. Cuando fueron rechazados por cierta aldea de los samaritanos, pidieron fuego del cielo; pero Jesús les recordó que la dispensación en la que Elías había vivido había pasado. Los discípulos eran los hijos de una nueva era, y el único fuego con el que podían lidiar era el del amor, Lucas 9:54 , etc.
Sí, y luego el bautismo del Espíritu Santo fue dado a Samaria, quizás a esas mismas aldeas, Hechos 8:1 . Se solía decir que la mejor manera de obtener la más tierna bondad del gran y santo arzobispo Leighton era mostrarle una descortesía. No había seguido a su gran Maestro en vano.