el testimonio de obras de misericordia

Mateo 12:15

Una caña no tiene mucha importancia. Es posible que vea cientos de ellos rodeando un estanque estancado y doblándose ante la brisa. Una caña cascada es aún más inútil a los ojos del mundo. Sin embargo, el Maestro no desprecia una caña cascada o quebrada. No, se inclina sobre él y trata de restaurar su forma. Él hace de él un órgano de lengüeta para música, o los fabricantes de papel lo tejen en papel en el que están impresos Sus mensajes.

El lino no se quema fácilmente. Solo arde. La chispa corre débilmente por las fibras; y cualquier cosa como una llama es imposible. Tal es nuestro pobre amor. A veces parece una chispa. Sin embargo, Jesús no lo desprecia. Lejos de apagarlo, lo respira, lo coloca en el oxígeno de su amor y lo protege del viento que lo extinguiría.

¡Qué amable, silencioso y discreto es el comportamiento de nuestro Maestro! Él es tan frugal con sus recursos, tan cuidadoso de que nada se desperdicie, tan ansioso por aprovecharnos al máximo. Y es de esos materiales que Él hace Su ejército siempre victorioso.

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