Calumnia de corazones malvados

Mateo 12:24

El rencor y el odio ciegan absolutamente los ojos y distorsionan el juicio. Alcanzaron su clímax en este esfuerzo de los fariseos por desacreditar a Cristo. No podían negar sus milagros, por lo que los imputaron a una connivencia entre él y Satanás. A primera vista, esta acusación era absurda. Pero nuestro Señor mostró claramente que al hacer la acusación, sus enemigos estaban violando su sentido espiritual y cegando deliberadamente sus ojos y entorpeciendo sus oídos al Espíritu de Dios. Este es el pecado que nunca tiene perdón, porque el alma que actúa así deja de desearlo o de buscarlo.

¡Qué vislumbre se da de las dolorosas tentaciones y la gloriosa victoria de nuestro Salvador en Mateo 12:29 ! Ya había atado al hombre fuerte, y por eso pudo saquear su casa y liberar a sus cautivos. Deja que Jesús entre en tu corazón, y ningún enemigo, aunque golpee la puerta, entrará para destruir.

La única prueba que propone Jesús es el fruto. La naturaleza de un hombre, una doctrina o un movimiento sólo puede estimarse correctamente cuando los resultados han tenido tiempo de desarrollarse. ¡Cuán espléndidamente el cristianismo ha resistido esta prueba!

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