A pesar de no tener una formación formal para el ministerio, la devoción de G. Campbell por el estudio de la Biblia lo convirtió en uno de los principales maestros bíblicos de su época. Su reputación como predicador y expositor de la Biblia creció en toda Inglaterra y se extendió a los Estados Unidos. Este comentario es la culminación de su estudio de la Palabra de Dios.