El método paciente de Dios se manifiesta en que, a pesar del hecho de que Faraón había vuelto a quebrantar la fe, Dios le advirtió de nuevo. Al no haber evidencia de arrepentimiento, la quinta plaga cayó sobre la nación. El hecho de la lucha que se desarrolla en el corazón de Faraón se ve en que investigó la condición de Israel y descubrió que estaban exentos de la visitación. Sin embargo, mantuvo la actitud de obstinada resistencia.

Ahora el método divino cambió. Sin previo aviso vino la plaga de úlceras, y aquí se dice que Jehová endureció el corazón de Faraón. Es importante notar la palabra que se utiliza. Y "Jehová fortaleció el corazón de Faraón". Esta es una declaración significativa, que revela que Dios fortaleció el valor del hombre para que ahora, cuando había resistido obstinadamente, pudiera persistir en el conflicto para lograr la victoria completa de Jehová.

El tercer ciclo de tres plagas comenzó con granizo. La advertencia fue más explícita que en cualquier ocasión anterior y se le dio la oportunidad de escapar. Algunos de los egipcios lo aprovecharon. En medio de la desolación, Faraón clamó: "He pecado". La secuencia muestra que este no fue un grito de arrepentimiento genuino, sino una expresión de deseo de escapar de la plaga. La justicia absoluta y la paciencia de Dios se ven en que aunque el grito no fue un grito de arrepentimiento genuino, la plaga fue retirada. Cuando fue retirado, se nos dice de nuevo que el faraón hizo que su corazón se entristeciera, y su corazón se fortaleciera. La primera palabra describió su propio acto; el segundo el acto de Dios, confirmando su elección.

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