Este capítulo constituye la última sección de la división que trata del propósito de la paz. Es un gran atractivo para la gente. Primero describe los métodos de Jehová (versículos 48: 1-11). Ha tenido que ver con un pueblo que falla, un pueblo que menciona Su nombre, pero no en verdad. Su método ha sido el de la profecía y la ejecución rápida debido a su obstinación, y para evitar que atribuyan a los ídolos las cosas obradas por Jehová. Todo esto lo ha hecho por amor a su propio nombre.

Este método se ilustra en el llamado y la venida del gran Siervo. El propósito de Dios finalmente se establece. Él enseña a la gente a beneficiarse, y la intención última de su enseñanza es su paz y la abundancia de su justicia. Además, a pesar de su fracaso, Él es el Dios de la redención, y la profecía les recuerda cómo los había conducido a través de los desiertos, y de la roca había provisto las aguas.

La sección termina con la declaración: "No hay paz, dice el Señor, para los impíos". Si bien Su propósito es la paz, se les advierte solemnemente que no se puede realizar en su experiencia mientras persistan en la iniquidad.

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