Comienza ahora el primer movimiento para encargar al hombre llamado. Se le ordenó pronunciar una gran acusación en los oídos de Jerusalén. Este juicio político fue triple. Primero declaró cómo Israel había abandonado a Jehová, la fuente de aguas vivas, y había cavado cisternas para sí mismos. En segundo lugar, se acusó a Israel de pecaminosidad obstinada, se declaró el significado de su sufrimiento, se señaló la locura de sus alianzas, se manifestó la culpabilidad de su degeneración, se denunció la falsedad de su negación del pecado, se denunció la impotencia de se declararon sus dioses y se afirmó la injusticia de su protesta.

Esta sección avanza en forma de preguntas y respuestas. El juicio político termina con un resumen, acusando a Israel de desamor, obstinada impenitencia y alianzas inútiles.

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