Después de esta acción del profeta, recibió una palabra de Jehová que se le mandó especialmente que escribiera en un libro. De una manera notable, primero estableció dos cosas una al lado de la otra. El primero y fundamental fue la máxima determinación de Dios de lograr Su propósito y restaurar a Su pueblo. El segundo fue la terrible condición del pueblo, de modo que no había esperanza para ellos excepto esta determinación de Dios.

Al manifestar el amor que no dejará ir a Su pueblo, a pesar de todos sus descarríos y necedades, este primer movimiento no tiene rival en todas las palabras de los profetas.

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