Siguiendo la historia de la compra del campo en Anathoth, con su significado, hay un canto de la restauración definitiva allí predicha.

La canción primero celebra la restauración de las personas y las ciudades. Esto se describe en sus aspectos morales y materiales, y en ese orden. El pueblo será limpiado de su iniquidad, y la ciudad se convertirá en "un nombre de gozo" para Jehová en la conciencia de todos los pueblos de la tierra. La restauración moral se manifestará en una material. El lugar, desolado, desolado y sin habitantes, volverá a ser el centro de la vida familiar, de la alegría y de la prosperidad.

El establecimiento del orden restaurado debe estar asociado con la venida de Aquel a quien se describe como el "Renuevo de justicia". En Su Persona, los dos oficios de Rey y Sacerdote deben unirse, y el resultado de Su administración será que Judá será salvo y Jerusalén habitará segura.

Una vez más, la promesa es confirmada por la solemne afirmación de Jehová de que si los hombres pueden quebrantar su pacto de día y de noche, también puede quebrantar su pacto con David y con los sacerdotes que él rompió. La promesa no solo es segura sino también llena de gracia, y así como las huestes del cielo no pueden contarse, así se multiplicará la descendencia de Su siervo. Jehová se declara consciente de la murmuración y la incredulidad del pueblo que se expresa en su declaración de que Jehová ha desechado a las familias reales y sacerdotales. Declara nuevamente que a pesar de tal incredulidad, Su Pacto con Sus antiguos siervos es tan seguro como el día y la noche.

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