Sigue el relato de la curación de un ciego. Sus valores se adquieren en gran medida en relación con este espíritu de oposición que se estaba exhibiendo. El caso despertó gran interés, tanto que el hombre fue procesado ante los gobernantes, y su actitud ante ellos despertó aún más su ira, por lo que lo excomulgaron. Entonces nuestro Señor lo buscó, se reveló como el Hijo de Dios y recibió su adoración.

Luego, nuevamente, declaró que había venido al mundo para que los ciegos pudieran ver y los que veían se volvieran ciegos. Su declaración de que había venido a juzgar al mundo significaba que él sería el separador, aquel a través del cual Dios juzgaría. La posición de los hombres se decidiría por su actitud hacia Él mismo. En esta enseñanza había una insinuación y un bosquejo del orden venidero, pero sin una descripción clara del mismo.

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