La historia del levita ocupa tres capítulos y es nuevamente un espejo sostenido por los tiempos, que revela condiciones morales alarmantes y muestra el conflicto del bien y el mal entre ellas.

Al considerar la historia de este capítulo, deben tenerse en cuenta varias cosas. Primero, debemos reconocer la imperfección de los tiempos como se revela en la práctica de la poligamia y el concubinato entre el pueblo elegido. No hay duda de que su acción en estos asuntos fue anterior a la de la gente de la tierra.

Sin embargo, el hecho de que un levita tuviera una concubina en estos días era terrible, pero debemos considerarlo a la luz de los tiempos. Cuando se hace esto, notamos que el carácter sagrado en el que él pensaba en su relación con él contrasta notablemente con los ideales laxos del pueblo cananeo. Sin embargo, la historia revela una terrible condición de degeneración entre una parte del pueblo elegido.

La acción de los hombres de Guibeá fue nada menos que la acción de los hombres de Sodoma mucho antes. El método drástico y terrible adoptado por el levita tenía la intención de llamar la atención de Israel sobre el pecado de los hombres y revelar la conciencia de la mejor parte del pueblo con respecto a la pureza.

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