Levítico 9:1-24
1 En el octavo día Moisés llamó a Aarón y a sus hijos, y a los ancianos de Israel.
2 Y dijo a Aarón: “Toma para el sacrificio por el pecado un becerro del ganado, y para el holocausto, un carnero sin defecto; y ofrécelos delante del SEÑOR.
3 Después hablarás a los hijos de Israel, diciendo: ‘Tomen un macho cabrío para el sacrificio por el pecado, y un becerro y un cordero, sin defecto, los dos de un año, para el holocausto.
4 Asimismo, tomen un toro y un carnero para el sacrificio de paz, que sacrificarás delante del SEÑOR, y una ofrenda vegetal mezclada con aceite; porque el SEÑOR se aparecerá hoy a ustedes’ ”.
5 Llevaron al frente del tabernáculo de reunión lo que Moisés mandó, y toda la asamblea se acercó y estuvo de pie delante del SEÑOR.
6 Entonces Moisés dijo: “Esto es lo que ha mandado el SEÑOR. Háganlo, y la gloria del SEÑOR se les aparecerá”.
7 Moisés dijo a Aarón: “Acércate al altar y ofrece tu sacrificio por el pecado y tu holocausto, y haz expiación por ti y por el pueblo. Presenta también la ofrenda del pueblo y haz expiación por ellos, como ha mandado el SEÑOR”.
8 Entonces Aarón se acercó al altar y degolló el becerro del sacrificio por su propio pecado,
9 y los hijos de Aarón le llevaron la sangre. Mojó su dedo en la sangre y la puso sobre los cuernos del altar, y derramó el resto de la sangre al pie del altar.
10 Hizo arder sobre el altar el sebo, los riñones y el sebo del hígado de la víctima por el pecado, como el SEÑOR había mandado a Moisés.
11 Pero quemó al fuego la carne y la piel, fuera del campamento.
12 Asimismo, degolló la víctima del holocausto. Luego los hijos de Aarón le presentaron la sangre, y él la derramó por encima y alrededor del altar.
13 Después le presentaron en pedazos la víctima del holocausto, junto con la cabeza, y los hizo arder sobre el altar.
14 Luego lavó las vísceras y las piernas, y las hizo arder sobre el holocausto en el altar.
15 Ofreció también la ofrenda del pueblo. Tomó el macho cabrío para el sacrificio por el pecado del pueblo, lo degolló y lo ofreció por el pecado, como el anterior.
16 Después ofreció el holocausto y lo hizo de acuerdo con lo establecido.
17 Asimismo, presentó la ofrenda vegetal, llenando con ella su mano, y la hizo arder sobre el altar, además del holocausto de la mañana.
18 Degolló también el toro y el carnero como sacrificios de paz por el pueblo. Los hijos de Aarón le presentaron la sangre, y él la esparció por encima y alrededor del altar.
19 Asimismo, los sebos del toro y del carnero (la rabadilla, el sebo que cubre las vísceras, los riñones y el sebo del hígado);
20 y pusieron los sebos junto con los pechos. Él hizo arder los sebos sobre el altar,
21 pero Aarón meció el pecho y el muslo derecho como ofrenda mecida delante del SEÑOR, como el SEÑORhabía mandado a Moisés.
22 Después Aarón alzó sus manos hacia el pueblo y lo bendijo. Y descendió después de ofrecer el sacrificio por el pecado, el holocausto y los sacrificios de paz.
23 Luego Moisés y Aarón entraron en el tabernáculo de reunión. Al salir, bendijeron al pueblo, y la gloria del SEÑOR se apareció a todo el pueblo.
24 Entonces salió fuego de la presencia del SEÑOR y consumió el holocausto y los sebos sobre el altar. Al ver esto, todo el pueblo gritó de gozo, y se postraron sobre sus rostros.
Aquí vemos a los sacerdotes comenzando realmente su trabajo sagrado. Después de la reunión del pueblo, permanecieron en solemne silencio ante la presencia de Jehová. El primer acto de Aarón fue traer la ofrenda por el pecado y el holocausto para él. Él no podía ser el instrumento de mediación entre el pueblo y Dios para la adoración a menos que fuera puesto en una relación correcta con Dios.
Ahora se registran los primeros actos de los sacerdotes a favor del pueblo. Se presentaron las ofrendas traídas: primero la ofrenda por el pecado, luego el holocausto, luego la ofrenda de harina y, finalmente, la ofrenda de paz. El mismo orden de procedimiento es una revelación de los principios fundamentales de la vida de culto.
Su trabajo completado en el atrio exterior Aarón, acompañado por Moisés, pasó dentro de la Tienda. No se describe lo que sucedió allí. Saliendo de nuevo, Moisés como representante de Dios y Aarón como sacerdote mediador, bendijeron al pueblo e inmediatamente la gloria del Señor se manifestó a los ojos de la congregación. Esto fue seguido por la postración y adoración de la multitud reunida.
Observe atentamente este orden. El pecado quitado, la vida y el trabajo dedicados, la comunión hecha posible; luego la bendición sacerdotal, que habla de aceptación, seguida de una segunda bendición, que declara la satisfacción divina ya que va acompañada de la manifestación de la gloria, y así finalmente el culto pleno del pueblo.