Números 15:1-41
1 El SEÑOR habló a Moisés diciendo:
2 “Habla a los hijos de Israel y diles: ‘Cuando hayan entrado en la tierra que van a habitar y que yo les doy,
3 presentarán una ofrenda quemada del ganado vacuno o del ganado ovino, como grato olor al SEÑOR, en holocausto o sacrificio por un voto especial, o como ofrenda voluntaria, o por sus festividades.
4 Entonces el que presente su ofrenda al SEÑOR traerá como ofrenda vegetal dos kilos de harina fina amasada con un litro de aceite.
5 Y para la ofrenda líquida presentarás sobre el holocausto o el sacrificio un litro de vino por cada cordero.
6 “ ‘Por cada carnero presentarás una ofrenda vegetal de cuatro kilos de harina fina amasada con un litro y medio de aceite.
7 Y para la ofrenda líquida ofrecerás un litro y medio de vino, como grato olor al SEÑOR.
8 “ ‘Cuando ofrezcas un novillo en holocausto o sacrificio, tanto al cumplir un voto especial o como sacrificio de paz al SEÑOR,
9 ofrecerás con el novillo una ofrenda vegetal de seis kilos de harina fina amasada con dos litros de aceite.
10 Y para la ofrenda líquida ofrecerás dos litros de vino, como ofrenda quemada de grato olor al SEÑOR.
11 Así se presentará por cada toro, por cada carnero o por cada cordero y por los cabritos.
12 Conforme al número que presenten, así presentarán por cada uno de ellos, según su número.
13 “‘Todo natural hará estas cosas así, al presentar una ofrenda quemada como grato olor al SEÑOR.
14 Y si con ustedes reside algún extranjero o alguno que se encuentre entre ustedes a través de sus generaciones, y hace una ofrenda quemada como grato olor al SEÑOR, él lo hará así como ustedes lo hagan.
15 Un mismo estatuto tendrán los de la asamblea y el extranjero que resida con ustedes. Este es un estatuto perpetuo a través de sus generaciones. Como ustedes, así será el extranjero delante del SEÑOR.
16 Una misma ley y una misma norma tendrán ustedes y el extranjero que resida con ustedes’ ”.
17 El SEÑOR habló a Moisés diciendo:
18 “Habla a los hijos de Israel y diles: ‘Cuando hayan entrado en la tierra a la cual yo los llevo,
19 sucederá que cuando coman del pan de la tierra, presentarán una ofrenda alzada al SEÑOR.
20 De lo primero que amasen presentarán una torta como ofrenda alzada de la era; así la presentarán alzada.
21 De lo primero que amasen darán al SEÑOR una ofrenda alzada, a través de sus generaciones.
22 “‘Cuando pequen por inadvertencia y no cumplan todos estos mandamientos que el SEÑOR ha dado a Moisés
23 (todas las cosas que el SEÑOR les ha mandado por medio de Moisés, a partir del día en que el SEÑOR lo mandó para las generaciones de ustedes en adelante),
24 si el pecado fue cometido sin que la congregación se diera cuenta de ello, es decir, por inadvertencia, toda la congregación ofrecerá un novillo en holocausto como grato olor al SEÑOR, con su ofrenda vegetal y su ofrenda líquida, conforme a lo establecido, y un macho cabrío como sacrificio por el pecado.
25 El sacerdote hará expiación por toda la congregación de los hijos de Israel; y les será perdonado, porque fue por inadvertencia. Ellos traerán delante del SEÑOR, por su inadvertencia, su ofrenda al SEÑOR: la ofrenda quemada al SEÑOR y su sacrificio por el pecado.
26 Así le será perdonado a toda la congregación de los hijos de Israel y al extranjero que resida entre ellos, porque se trata de la inadvertencia de todo el pueblo.
27 “ ‘Si un individuo peca por inadvertencia, ofrecerá una cabra de un año como sacrificio por el pecado.
28 El sacerdote hará expiación delante del SEÑOR por la persona que haya errado al pecar por inadvertencia, haciendo expiación por ella; y le será perdonado.
29 Tanto el natural de entre los hijos de Israel como el extranjero que resida entre ellos tendrán una misma ley respecto al que cometa pecado por inadvertencia.
30 “‘Pero si alguien comete pecado con altivez, sea natural o extranjero, al SEÑOR injuria. Tal persona será excluida de entre su pueblo,
31 porque tuvo en poco la palabra del SEÑOR y quebrantó su mandamiento. Tal persona será excluida por completo; su culpa estará sobre ella’ ”.
32 Estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron a un hombre que recogía leña en día de sábado.
33 Los que lo encontraron recogiendo leña lo llevaron ante Moisés, Aarón y toda la congregación,
34 y lo pusieron bajo guardia, porque no había sido declarado qué se había de hacer con él.
35 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: “Aquel hombre morirá irremisiblemente; que toda la congregación lo apedree fuera del campamento”.
36 Entonces toda la congregación lo sacó fuera del campamento, y lo apedrearon. Y murió, como el SEÑOR había mandado a Moisés.
37 El SEÑOR habló a Moisés diciendo:
38 “Habla a los hijos de Israel y diles que a través de sus generaciones se hagan flecos en los bordes de sus vestiduras y que pongan un cordón azul en cada fleco del borde.
39 Los flecos servirán para que al verlos se acuerden de todos los mandamientos del SEÑOR, a fin de ponerlos por obra, y para que no vayan en pos de su propio corazón y de sus propios ojos, tras los cuales se han prostituido.
40 Será para que se acuerden y cumplan todos mis mandamientos, a fin de que sean santos para su Dios.
41 Yo, el SEÑOR, su Dios, que los saqué de la tierra de Egipto para ser su Dios. Yo, el SEÑOR, su Dios”.
Una vez más tenemos la repetición y aplicación de ciertas leyes ya dadas. Al ocurrir aquí, esto parece algo extraño. Creo que la explicación se encuentra en la declaración inicial, "Cuando hayais entrado en la tierra". La gente estaba a punto de apartar la cara de la tierra que debían haber poseído de inmediato, y en esta reiteración de ciertas provisiones para habitar dentro de él había a la vez una profecía del cumplimiento final de la intención divina y una provisión para preservar en sus mentes los principios de la ley por la cual iban a ser gobernados.
Lo que sigue ilustra el hecho de que la gente no tenía perfectamente claro si las leyes debían hacerse cumplir en el desierto. Uno de ellos fue encontrado recogiendo leña en sábado. No sabían qué hacer con él y lo metieron en su interior hasta que encontraron la voluntad de Dios. Se les instruyó de inmediato que la ley del país se cumplía de inmediato y que un infractor de la ley debía recibir la pena completa por su crimen.
Inmediatamente después de esto, se hizo una disposición para usar flecos en los bordes de sus vestidos, sobre los cuales se ataría un cordón azul. El propósito fue declarado claramente. Ese cordón azul era un símbolo de la verdad más profunda en su vida nacional, que estaban bajo el gobierno directo del cielo. Cada vez que la mirada se posara en esa simple señal, el corazón debía recordar la sublime verdad.