Exposición de G. Campbell Morgan
Salmo 105:1-45
Este y el siguiente salmo son compañeros. Revelan los dos lados de la relación entre Dios y su pueblo durante un largo período. Éste canta el cántico de su fidelidad y poder; mientras que el siguiente cuenta la triste historia de repetidos fracasos y rebeliones por parte de su pueblo.
Al cantar su alabanza, el salmista comienza con un llamamiento que reconoce la responsabilidad de aquellos que han sido beneficiarios de la bendición. Las palabras, “Dad a conocer sus obras entre los pueblos” revelan esto. Los líderes y cantantes de estas personas repitieron este mensaje de responsabilidad con una reiteración casi monótona, y sin embargo, no fue obedecido. Para que las obras de Dios puedan ser proclamadas, llama a los hombres a “recordar” y procede a trazar la mano divina en su historia. Primero, se remonta al pacto antiguo y canta cómo Dios los cuidó mientras eran pocos en la tierra, reprendiendo a los reyes por ellos.
A continuación, se reconoce que el gobierno de Dios domina incluso lo que parecía un asunto tan desastroso como el hambre. A través de eso, José tuvo su oportunidad, y la gente fue llevada a Egipto, por el momento un lugar de tranquilidad y crecimiento.
La palabra maestra en el salmo es el pronombre "Él". En constante repetición, muestra el único pensamiento que predomina en la mente del cantante. Es la actividad perpetua de Dios en todas aquellas experiencias por las que ha pasado su pueblo. El versículo Sal 105: 23 comienza con una declaración que es casi sorprendente: "Él hizo que el corazón de ellos odiara a Su pueblo". Sin embargo, esto es un reconocimiento del hecho de que las circunstancias que parecían ser las más desastrosas, sin embargo, estaban todas bajo Su gobierno. Fue un bautismo de sufrimiento que endureció la fibra de la vida nacional y preparó para todo lo que se avecinaba.
Luego, el cantante repasa la maravillosa liberación de Dios de ellos de Egipto, hasta que escribe una frase gráfica: "Egipto se alegró cuando partieron". Finalmente, la canción habla de la posesión de la tierra. Es un cántico noble del poder de Dios y de su fidelidad a su pueblo. Con lealtad inquebrantable a su pacto, a pesar de todas las dificultades, y por medio del sufrimiento y del gozo, avanzó en su historia para siempre. Un cántico así es profecía, en su función de interpretar la historia y revelar el orden en la economía de Dios, de días y acontecimientos que parecen ser los más calamitosos.