Nuevamente tenemos una canción en medio de la angustia. Tiene mucha más luz y color que en el anterior. Las circunstancias no parecen ser más favorables que las descritas anteriormente. Sin embargo, existe esta diferencia entre los dos salmos. El primero se ocupa principalmente de las desastrosas condiciones; éste comienza con una oración que es un reconocimiento de la relación pasada de Dios con su pueblo.

Este es, por tanto, un gran cántico de Dios como Pastor. Los aspectos de la naturaleza del pastor con los que se ocupa son los de Su guía y protección de cuidado. Se apela al Pastor de la gloria, Quien con el resplandor salva del peligro. Entonces la figura cambia y Dios es el Labrador. Su vid, que plantó y que floreció tan perfectamente, se ha convertido en presa de los estragos de las fieras y el fuego. De repente, la figura cesa y su significado se revela en las palabras,

“Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, sobre el hijo del hombre que para ti fortaleciste”.

El contenido del salmo se expresa en la oración tres veces repetida (vv. Salmo 80:3 ; Salmo 80:7 ; Salmo 80:19). El sufrimiento de la gente se debe a su propio pecado al apartarse de Dios como Pastor, Labrador y Rey. Su restauración solo puede venir cuando Él los regrese a Él. Note el ascenso en estos versículos en los nombres que el cantante usa para Dios. “Dios”, “Dios de los ejércitos”, “Jehová Dios de los ejércitos”.

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