Este salmo es peculiar en muchos sentidos. Su primera peculiaridad es que el nombre de Dios que domina es Adonahy, o Señor, que indica señorío absoluto, y mediante el uso del cual el cantante muestra su sentido de sumisión y lealtad. El nombre de Jehová se usa cuatro veces, revelando así el sentido de Dios que el cantante tiene como Ayudador; y el nombre de Dios cinco veces, revelando así su conciencia del poder divino. Sin embargo, el sentido supremo es el de la autoridad divina.

El siguiente asunto de especial interés es que, si bien el salmo es un canto hermoso y consecutivo, en gran parte se compone de citas de otros salmos, lo que revela la familiaridad del cantante con ellos. Las referencias en la versión revisada permitirán al lector rastrear estas citas.

Finalmente, el salmo es único en su método de instar una petición sobre la base de algún hecho conocido. Esto se ve claramente si se nota el uso de la palabra “para” (VV. Salmo 86:1 ; Salmo 86:7 ; Salmo 86:10 ; Salmo 86:13).

En los primeros cuatro versículos, los hechos son los que indican su actitud hacia Dios. En los primeros cuatro versículos, los hechos son los que indican su actitud hacia Dios. En los últimos cuatro, los hechos son los que revelan la actitud de Dios hacia Dios. En los últimos cuatro, los hechos son los que revelan la actitud de Dios hacia él. La revelación para nosotros es la de un verdadero acercamiento a Dios en tiempos de necesidad. Esto debe basarse en nuestra relación de absoluta sumisión a Él. Debe expresarse en armonía con los deseos espirituales expresados ​​por la comunión de los fieles. Hay que instarlo con consagración y valentía.

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