Salmo 89:1-52
1 Masquil de Eitán el ezrajita.
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Tomada en su conjunto, esta canción es una de las mejores de la colección como una revelación de cómo el hombre de fe se ve obligado a ver las circunstancias de la calamidad. En un poema de gran belleza, primero expone las alabanzas de Dios (vv. Sal 89: 1-37). Luego examina la condición actual de Su pueblo, y así crea un contraste (vv. Sal 89: 38-52). Ninguna derrota presente puede empañar la gloria de la historia pasada al revelar los hechos de la majestad divina. Sin embargo, estos hechos y confidencias pasados pueden ser la razón de la presente investigación y acercamiento a Dios.
En la primera parte, que es un cántico de alabanza, el cantante habla del pacto hecho con David y luego estalla en adoración. Los cielos y los ángeles dan testimonio de su grandeza (vv. Sal 89: 5-7). La tierra y los hombres también. Toda la naturaleza, el mar y las montañas, el norte y el sur, son conscientes de Su poder. En su gobierno los cimientos son inquebrantables y el método lleno de ternura (vv. Sal 89: 8-14).
De ello se deduce naturalmente que las personas que son peculiarmente suyas son verdaderamente bendecidas (vv. Sal 89: 15-18). Esto no es solo teoría; es experiencia. Para ellos, Jehová había encontrado un rey, y lo había hecho a él y al pueblo bajo su mando invencibles en los días de su obediencia. Tales hechos dan como resultado la confianza de que el futuro debe ser de victoria y bendición.
“Pero”, y la palabra sugiere un cambio, y es un gran cambio. En lugar de la brillante imagen de los versos anteriores, hay una oscura experiencia presente. El pueblo está disperso, sus defensas derribadas, sus enemigos triunfantes, y su rey es despojado de la gloria y cubierto de vergüenza (vv. Sal 89: 38-45).
Sin embargo, observe con mucha atención que se habla de todo esto como obra de Jehová. La frase clave de esta porción es "Tú tienes". El poderoso que encontró al rey y bendecido a la nación, es el que quebró a la nación y expulsó al rey. Sobre la base de esa convicción surge la oración final: "Hasta cuándo, Jehová". Ésta es la verdadera actitud del alma que intercede en el día de la calamidad.
Primero, un sentido de la grandeza y la bondad de Dios, como se revela en la primera parte de la canción. Luego la convicción de que este mismo está visitando a la gente en disciplina. Conocer la fidelidad de Dios es saber que cuando Él aflige, hay un significado de misericordia en ello. Cuando se reconoce eso, la oración por liberación es apropiada, porque inevitablemente debe ir acompañada de un alejamiento de Jehová de aquellas cosas que han sido la razón de Sus castigos.
El salmo termina con la doxología que cierra el libro y expresa la adoración de Jehová como el Ayudador esencial de su pueblo.