Exposición de G. Campbell Morgan
Zacarías 8:1-23
La tercera respuesta fue llena de gracia. Declaró que Dios estaba celoso de Sion, que había regresado a ella y que, por lo tanto, su prosperidad estaba asegurada, a pesar de que estas personas solo vieron la devastación que causó su lamentación. Debido a la certeza de esta restauración, el profeta hizo un llamamiento al resto para que se fortaleciera y edificara, prometiéndoles en el nombre de Jehová que, en lugar de ser una maldición, se convertirían en una bendición.
Reafirmando esta intención divina de restaurar, el profeta llamó al pueblo a lo que la segunda respuesta había declarado que Dios buscaba, a saber, la ejecución de la justicia y la manifestación de misericordia.
La respuesta final a las preguntas sugeridas por la delegación consistió, en primer lugar, en la declaración de que Jehová convertiría todos sus ayunos autoproclamados en fiestas. Estos ayunos fueron nombrados. Históricamente, la institución de los ayunos había comenzado en el décimo mes de cierto año y terminaba en el séptimo mes del año siguiente. En esta declaración, el profeta los trata como ocurren en los meses de un año, comenzando con el ayuno del cuarto mes, que celebró la toma de la ciudad; el ayuno del quinto, que conmemoró el incendio de la ciudad; el ayuno del séptimo, que tenía que ver con el asesinato de Gedalías; y, finalmente, el ayuno del décimo, que conmemoró el asedio de la ciudad, e históricamente fue el primero de los cuatro.
Este arreglo abrió el camino para la declaración adicional del profeta, que cuando Dios convirtiera los ayunos en fiestas, lo haría convirtiendo a la casa de Judá en gozo y alegría y fiestas alegres, con el resultado de que la ciudad de Jerusalén se convertiría en el centro de la ciudad. donde muchos pueblos y habitantes de muchas ciudades irían a buscar a Jehová. Fue una manifestación llena de gracia y gloriosa de la realización de su verdadero ideal por parte del pueblo de Dios mediante el cual hombres de otras naciones y otros pueblos se unirían a ellos debido a su conciencia de que Dios estaba con ellos.