"Cuando la sinagoga se desintegró, muchos judíos y prosélitos devotos siguieron a Pablo y Bernabé, quienes, hablándoles, les instaron a continuar en la gracia de Dios".

Pero aparte de los que pospusieron su respuesta, hubo muchos judíos y temerosos de Dios ('prosélitos devotos' aquí casi con certeza se refiere a los temerosos de Dios, los 'prosélitos de la puerta') que no pospusieron su respuesta, sino que siguieron a Pablo y Bernabé para que pudieran aprender más. Y Pablo y Bernabé les hablaron y les enseñaron y luego los instaron a continuar 'en la gracia de Dios'. Esto último en contexto significa que respondieron a la misericordia y bondad de Dios, Su favor inmerecido, recibiendo perdón y justificación en Su Nombre, y se les instó a continuar en él.

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