Y agradó la palabra a toda la multitud, y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás, prosélito de Antioquía, a quienes pusieron delante de los apóstoles; y habiendo orado, les impusieron las manos.

Esta solución práctica agradó a todos y siete hombres fueron elegidos y apartados. Los nombres que suenan griegos pueden sugerir que fueron seleccionados principalmente de la sección helenista, reconociendo que ahí era donde radicaban los problemas. Y esto puede sugerir que estos siete fueron apartados para cuidar de las viudas helenísticas, considerándose que las hebraicas ya estaban atendidas. Se decía que el primero, Esteban, era "un hombre lleno de fe y del Espíritu Santo".

Esto fue simplemente en preparación para lo que vendría a continuación, ya que los siete sin duda habrían sido elegidos precisamente porque lo eran. Ciertamente, Esteban y Felipe estaban a punto de provocar grandes cambios en "la iglesia".

Luego, estos siete hombres fueron llevados ante los apóstoles, quienes oraron y les impusieron las manos como señal de unidad con ellos. La imposición de manos era regularmente una evidencia de identificación en el Antiguo Testamento. Los hombres se identificaron con sus sacrificios al imponerles las manos. Nombraron representantes imponiéndoles las manos. Así, mediante este acto, estos siete hombres fueron designados como representantes de los Apóstoles.

Solo conocemos el futuro de Esteban y Felipe, pero no tenemos por qué dudar de que todos empezaron a servir a Dios a su manera, porque la persecución interrumpiría en breve su ministerio y serían expulsados ​​principalmente de Jerusalén a nuevos pastos.

Nicolás, prosélito de Antioquía. Aparentemente, el único de los siete que fue un converso relativamente reciente al judaísmo y no nació de padres judíos, aunque puede significar simplemente que Lucas lo conocía personalmente. (No hay motivos genuinos para asociarlo con los Nicolaítas de Apocalipsis 2:6 ; Apocalipsis 2:15 ).

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