'Ahora iban con él grandes multitudes, y él, volviéndose, les dijo:'

Grandes multitudes 'iban junto con él', mientras él se dirigía a Jerusalén, e incluían muchos que serían discípulos que no sabían por qué iba allí. Porque en la multitud habría gente con diferentes esperanzas. A algunos les encantaba escuchar las historias de Jesús, otros estaban convencidos de que era un gran profeta, otros se preguntaban si era el Mesías esperando su momento, y otros estaban llenos de entusiasmo y estaban considerando seguirlo plenamente.

Pero Jesús no quería que los hombres siguieran como discípulos a menos que hubieran calculado el costo. Podían creer en Él y comprometerse con la Regla Real de Dios sin hacerlo. Pero para ellos llegar a ser sus discípulos y seguirlo implicaba un costo adicional, y Él quería asegurarse de que si lo seguían lo hubieran tenido en cuenta. De modo que quería advertirles de lo que podría implicar el discipulado.

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