1 Samuel 17:50

La historia del combate de David con Goliat nos presenta nuestra propia vocación y nuestro conflicto con el mundo, la carne y el diablo.

Considerar:

I. David era el hijo de un betlemita, uno entre las familias de Israel sin nada aparentemente para recomendarlo a Dios, el más joven de sus hermanos, y despreciado por ellos. Parecía nacido para vivir y morir entre sus ovejas. Sin embargo, Dios lo sacó de los apriscos para hacerlo Su siervo y amigo. Esto se cumple en el caso de todos los cristianos. Son por naturaleza pobres y mezquinos y no valen nada, pero Dios los elige y los trae a sí mismo.

II. David era pastor cuando Dios lo eligió, porque no elige a los grandes hombres del mundo. El más solitario, el más ignorante, Dios visita, Dios bendice, Dios lleva a la gloria, si es que es rico en fe. Todos los cristianos son reyes a los ojos de Dios, son reyes en Su reino invisible, en Su mundo espiritual, en la comunión de los santos.

III. Luego, observe, Dios eligió a David por el profeta Samuel. No le pareció suficiente llamarlo en silencio, pero lo llamó por una voz. Y así, de la misma manera, Dios envía a sus ministros a aquellos a quienes ha elegido desde la eternidad. Samuel eligió solo uno; pero ahora Dios da permiso a sus ministros para aplicar la muerte salvadora de Cristo a todos los que puedan encontrar.

IV. Cuando Samuel ungió a David, el Espíritu de Dios descendió sobre él desde ese día en adelante. El Espíritu de Dios se permite morar dentro del cristiano y hacer de su corazón y cuerpo su templo.

V. Aunque David recibió el don del Espíritu Santo de Dios, no salió nada al mismo tiempo. Así sucede con el bautismo. Nada muestra, durante algún tiempo, que el Espíritu de Dios haya entrado en el niño bautizado; pero el Señor, que ve el corazón, ve en el niño la presencia del Espíritu.

VI. Por último, preguntemos quién es nuestro Goliat. La respuesta es clara: el diablo es nuestro Goliat; tenemos que luchar contra Satanás, y la guerra contra él dura toda la vida. Venimos contra él en el nombre todopoderoso y conquistador de Cristo.

Sermones sencillos de los colaboradores de "Tracts for the Times", vol. v., pág. 198 (véase también JH Newman, Parochial and Plain Sermons, vol. Viii., P. 48.

Referencias: 1 Samuel 17:50 . J. Van Oosterzee, Año de salvación, vol. ii., pág. 430; E. Blencowe, Plain Sermons, primera serie, pág. 306.

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