Comentario bíblico del sermón
2 Crónicas 31:20,21
2 Crónicas 29:1 ; 2 Crónicas 31:20
I. Al estudiar la vida y el reinado de Ezequías, descubrimos, primero, que él es una ilustración de la soberanía de Dios en la conversión. Era el hijo de uno de los monarcas más impíos que jamás se sentó en el trono de Israel. La influencia paterna y real se combinaron para convertirlo en un mal hombre y en un peor rey.
II. La conversión de Ezequías, por tanto, debería animar a los hijos de padres no cristianos. Es el camino de Dios para salvar a los hombres cuando, para los humanos, su salvación es increíble. Se deleita en milagros de gracia.
III. El carácter recto de Ezequías también ilustra que la conversión de los hombres a menudo es asistida por su retroceso natural ante la iniquidad extrema. El pecado se usa a menudo para derrotarse a sí mismo.
Una de las razones por las que se le permite seguir su curso y llegar a un punto crítico es que los hombres pueden verlo en su espantosa madurez.
IV. La narración ilustra el hecho de que cuando Dios convierte a los hombres en un entorno de gran depravación, a menudo tiene un gran y destacado servicio para que le presten. Convocó a Ezequías a reformar un reino.
V. La obra de Ezequías ilustra el poder moral de un hombre al realizar una gran obra a la que Dios lo ha llamado.
VI. La obra de Ezequías también ilustra la rapidez con la que Dios a menudo logra, de la mano de tales hombres, grandes cambios en el progreso de Su reino.
A. Phelps, The Old Testament a Living Book, pág. 111.