Comentario bíblico del sermón
Isaías 44:20
Estos dos pensamientos actúan y reaccionan entre sí. La mentira en la mano derecha encadena, encadena desesperadamente al alma, mientras que el alma esclavizada, por estar esclavizada, no puede descubrir "la mentira" de su mano.
I. Considere cuál es la fuerza de esa expresión, "una mentira en la mano derecha". Una mentira en la mano debe significar una mentira oculta, una mentira dentro de la mano, sostenida, pero cubierta. Y como la mano derecha es el emblema de la fuerza en un hombre, transmite que la mentira se sostiene con firmeza y resolución. La mano derecha es lo que Dios ha prometido sostener, por lo tanto, la mano derecha oculta aquello por lo que Dios nos aprehende y por lo que nosotros aprehendemos a Dios.
Pero, ¿cómo sostendrá Dios lo que está preocupado? ¿Cómo guiará, consolará o sostendrá Dios a un hombre que tiene una mentira en su mano derecha? Un hombre así se excluye, de inmediato, de todo contacto con Dios y, por lo tanto, de toda bendición; y abandonándose a sí mismo, necesariamente cae.
II. La religión de muchos de nosotros es, simplemente, una cosa pasiva, es decir, comienza y termina en impresiones y sentimientos que hemos recibido; o si va más allá, es solo en actos de adoración y devoción. No conduce a actos de amor de abnegación. No incluye la separación del mundo. Es el mismo tipo de religión que generalmente son las religiones paganas, religiones de culto y sentimiento, y no religiones que afectan la vida.
Pero mientras solo adoran y sienten así, mientras que el reino de Dios nunca avanza por ustedes, ciertamente pueden llamarse a sí mismos religiosos, pero esa palabra es una mentira en esa ociosa mano derecha suya. Se necesita muy poco para ser honesto en la búsqueda de la verdad, y la encontrarás; necesita muy poco más que sencillez de fe, con fervor para ser salvo; no necesita nada más que ser fiel a Dios, recibir su bendición y ser admitido en todas sus promesas.
J. Vaughan, Fifty Sermons, 1874, pág. 360.
Referencias: Isaías 44:20 . H. Alford, Quebec Chapel Sermons, vol. i., pág. 299; J. Thain Davidson, Previsto, Prevenido, p. 163. Isaías 44:21 ; Isaías 44:22 .
Revista del clérigo, vol. xii., pág. 18. Isaías 44:21 . Spurgeon, Sermons, vol. xxxii., No. 1895.