Jeremias 23:28

I. El sueño humano está vacío, pero la palabra divina es sustancial. La paja es una simple cáscara, pero el trigo es todo grano. De modo que los antagonistas de la Biblia se ocupan de vagas especulaciones o negaciones vacías, mientras que las Escrituras son positivas y satisfactorias.

II. El sueño humano está desprovisto de alimento para la naturaleza espiritual del hombre, mientras que la palabra divina se fortalece y ministra para su crecimiento. La paja no se alimenta, pero el trigo aporta nutrientes. De modo que la mera especulación no tiene influencia educativa y ennoblecedora. Ocupa la mente sin fortalecer el carácter. El hombre que se entrega a ella no progresa, pero, en lugar de seguir adelante con la corriente, se ve atrapado en un remolino en torno al cual gira continuamente. Pero el creyente cristiano crece. Su personaje siempre está ganando un nuevo desarrollo. Nunca alcanza su ideal, pero todavía "lo sigue".

III. El sueño humano no tiene agresividad para detener o vencer los males que hay en el mundo, pero la palabra divina está regenerando y reformando. "¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la roca?"

IV. El sueño humano es de corta duración, pero la palabra divina es duradera. La paja se vuela fácilmente, pero el trigo permanece. Y así los "pequeños sistemas" de la especulación humana "tienen su día y dejan de existir"; pero la palabra del Señor permanece para siempre. Como una fortaleza inexpugnable, en los huecos alrededor de los cuales se pueden recoger ejemplares de los diversos proyectiles que de época en época se han lanzado contra ella, mientras sus muros permanecen intactos; la Palabra de Dios ha resistido durante siglos los ataques de muchos ejércitos sucesivos de antagonistas. Hay una profunda verdad en el lema de Beza para la Iglesia protestante francesa, que supera el dispositivo de un yunque rodeado de herreros, a cuyos pies hay muchos martillos rotos:

"Alejaos a martillazos, bandas hostiles,

Tus martillos se rompen, el yunque de Dios permanece ".

WM Taylor, Vientos contrarios, pág. 21.

Referencias: Jeremias 23:28 . Spurgeon, Sermons, vol. XV., No. 862. Jeremias 23:29 . G. Brooks, Outlines of Sermons, pág. 202. Jeremias 23:35 .

J. Hiles Hitchens, Christian World Pulpit, vol, xvi., P. 394. Jeremias 24:1 . TG Horton, Christian World Pulpit, vol. ii., pág. 149. Jeremias 24:7 . Spurgeon, Sermons, vol. xx., núm. 1206. Jeremias 26:4 . T. Binney, Buenas palabras, 1861, pág. 300.

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