Juan 3:21

I. Esforcémonos por llegar a algún significado distinto de esa notable expresión haciendo verdad. (1) Lo primero que hay que hacer es ser realmente serio. Hasta que un hombre no se preocupe completamente por su alma, Dios no tendrá nada que ver con él. Pero tan pronto como un hombre es realmente serio, el trabajo está casi a la mitad; en todo caso, el resultado es seguro. (2) Un hombre que está haciendo la verdad ha comenzado a acercarse a Cristo.

Le da mucha importancia a Cristo. Empieza a sentir el poder y la belleza de Cristo. Está aprendiendo a depender de Cristo; encontrar a Cristo en todo. (3) Hacer la verdad es ser muy práctico en religión. No se trata solo de tener a Cristo; sino llevar a cabo a Cristo en la vida diaria. Es cierto que las acciones son el resultado de los sentimientos; pero todo el que quisiera aliviar los sentimientos debe actuar. Quien quiera hacer su voluntad, conocerá la doctrina.

II. De este carácter, Dios dice que viene a la luz. Porque hay asimilaciones en la verdad moral, como las hay en la naturaleza, y donde hay asimilación, hay atracción. Este hombre tiene algo de luz y, por lo tanto, ¡está bajo la influencia de la luz! La luz lo atrae. Hay un principio en él que debe estar siempre corriendo hacia la Fuente de la cual brotó este principio. Este hombre que viene a la luz crece día a día en la hermosa gracia de la transparencia de carácter.

Cuanto más se acerca a la luz, más transparente es. Todo su ser ahora puede soportar un examen. Ama la verdad; corteja la verdad; él es la verdad. Hay realidad en ese hombre. Puedes sopesar sus palabras; puedes escudriñar sus acciones, porque está aprendiendo a caminar como un niño de luz. Arriba y arriba hacia la misma Fuente de luz por la que viaja diariamente. No es luz, pero viene a la luz.

Cada día más cerca de Jesús; en comunión más constante con Él; con más de Su presencia; en más de Su imagen; se esfuerza por vivir para Él. Cristo es un centro alrededor del cual se mueve continuamente, en un círculo cada vez más cercano, ¡llegando a la luz! Él a Cristo; Cristo para él. La afinidad se hace cada vez más fuerte.

J. Vaughan, Cincuenta sermones, segunda serie, pág. 251.

Referencias: Juan 3:23 . Revista homilética, vol. ix., pág. 184 Juan 3:24 . Ibíd., Vol. xi., pág. 235. Juan 3:29 ; Juan 3:30 . J. Stoughton, Christian World Pulpit, vol. VIP. 395.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad